viernes, 31 de mayo de 2013

[31] Palabra de piedra

"Mis construcciones, tal como lo definía ya en 1936, no debían sólo expresar la esencia del movimiento nacionalsocialista. Mi ambición iba más lejos: debían formar parte integrante de él. Esta premisa había planteado mi trabajo como un acto extremadamente político. Esto explica que a mis ojos Hitler no apareciera ya como el maestro de obras benévolo, como el mecenas de antaño. Como nacionalsocialista, debía decidir sobre el sentido y por tanto sobre el contenido profundo de sus edificios."









La ruina nos remite a una totalidad con presencia. Que nos recuerden, como a los griegos, por las magníficas ruinas que dejamos.